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PABLO NERUDA |
Apenas te he dejado, vas en mí, cristalina o temblorosa, o inquieta, herida por mí mismo o colmada de amor, como cuando tus ojos se cierran sobre el don de la vida que sin cesar te entrego. Amor mío, nos hemos encontrado sedientos y nos hemos bebido toda el agua y la sangre, nos encontramos con hambre y nos mordimos como el fuego muerde, dejándonos heridas. Pero espérame, guárdame tu dulzura. Yo te daré también una rosa. |
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